Al principio lo pasaste muy mal por culpa de los nervios. Incluso los días anteriores a la cita te encontrabas muy inquieto/a, dormías mal, comías poco o lo hacías impulsivamente...Al final llegó el día, os visteis en el lugar acordado y lo pasasteis genial. Al despediros quedásteis en repetirlo, pero pasan los días y no recibes noticias.
No te desesperes, no sirve de nada que te pases el dia junto al teléfono, ni que mires el correo cada diez minutos.
Parece que tenías unas espectativas muy elevadas y ahora es duro pensar que quizá la otra persona no esperaba de aquella cita lo mismo que tú. Por tu bien, hay que evitar que esto pase. Eres libre de hacer y decir en una cita lo que te apetezca, pero tienes que ser consciente antes de que puede que volváis a quedar y puede que no, de que puede que te llame y puede que no; y de que puede te busque o no.
Por eso, a una cita hay que ir preparado/a. Siempre decimos que es fácil buscar pareja, pero para encontrarla, en ocasiones hay que pasar por trances como este.
Para evitar que vuelva a pasarte, lo primero que tienes que hacer, es dedicarte a disfrutar de la cita, sin pensar en lo que puede o no puede pasar después, es decir, intenta que tus espectativas sean buenas claro, pero solo para esa cita, no vayas pensando que vas a conocer al padre/madre de tus hijos, porque si al final resulta que solo conoces a un buen amigo/a, una experiencia tan buena como esa, puede suponer un chasco para ti.
¿Sería una pena estropear eso verdad? por no hablar de tu chasco, así que recuerda, centrate en disfrutar y pasarlo bien. Si volvéis a veros será fantástico, si se queda en una bonita amistad, también, y si por alguna circunstancia no os volvierais a ver, no pasará absolutamente nada.
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